La parálisis cerebral es una condición que acompaña a las personas a lo largo de toda su vida, y a medida que envejecen, surgen nuevos desafíos que a menudo pasan desapercibidos. Las publicaciones recientes en Facebook nos recuerdan dos realidades cruciales: el impacto del envejecimiento prematuro en las personas con parálisis cerebral y la inmensa carga que recae sobre sus familias, especialmente sobre las mujeres.
El peso del cuidado
Las familias, en particular las madres y hermanas, se convierten en pilares fundamentales en la vida de las personas con parálisis cerebral. Su dedicación es incuestionable, llegando incluso a sacrificar sus carreras y proyectos personales para brindar cuidados a tiempo completo. La situación se agudiza con el paso de los años: a medida que las cuidadoras envejecen, la demanda de cuidados aumenta, dejando poco espacio para su propio bienestar.
Envejecimiento prematuro y necesidades desatendidas
Las personas con parálisis cerebral experimentan un envejecimiento acelerado. A partir de los 35 años, comienzan a manifestarse signos como disminución de la movilidad, dolor crónico y deterioro cognitivo. A pesar de estas necesidades crecientes, muchas personas no reciben el apoyo adecuado. La falta de recursos y servicios especializados obliga a muchas personas mayores con parálisis cerebral a vivir en residencias adaptadas, lejos de sus hogares y familias.
Más allá de lo físico: el impacto emocional
El envejecimiento con parálisis cerebral no solo implica desafíos físicos, sino también emocionales. La pérdida de autonomía, la preocupación por el futuro de sus seres queridos y el miedo a la soledad son preocupaciones constantes. Es fundamental que como sociedad reconozcamos estas necesidades y brindemos el apoyo necesario para garantizar un envejecimiento digno, independiente y feliz.
#EnvejecerDecidirVivir: un llamado a la acción
La campaña #EnvejecerDecidirVivir nos invita a reflexionar sobre la realidad de las personas con parálisis cerebral y sus familias. Es hora de visibilizar sus desafíos, promover políticas públicas que garanticen el acceso a cuidados y apoyos especializados, y construir una sociedad más inclusiva que valore y respete el derecho de todas las personas a envejecer con dignidad.
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